El
turismo, buque insignia de la economía de la República Dominicana, es uno de
los sectores productivos más vulnerables a los efectos del cambio climático de
no tomarse las medidas de mitigación y adaptación al fenómeno.
Así queda evidenciado en el informe final “Puntos Críticos para la
Vulnerabilidad a la Variabilidad y Cambio Climático en la República Dominicana
y su Adaptación al mismo”, elaborado por la Agencia de los Estados Unidos para
el Desarrollo Internacional (USAID) como parte de su programa de Protección
Ambiental.
Dicho estudio, refleja que las provincias costeras con mayor capacidad habitacional, como La Altagracia, San Pedro de Macorís, el Distrito Nacional y Puerto Plata, se encuentran en situación altamente crítica, seguida por Sánchez Ramírez, Samaná, Barahona, Santo Domingo y San Cristóbal.
En el caso de La Altagracia, las fuertes presiones del actual sistema de aprovechamiento turístico y el manejo inadecuado del territorio, empiezan a ocasionar elementos de deterioro de los recursos naturales, con un alto porcentaje de acuíferos subterráneos afectados por la salinización ligada a la intrusión marina.
Esto representa un grave problema a la hora de satisfacer la gran demanda de agua del sector turístico local, tanto para alimentar las estructuras hoteleras, como para sostener la cantidad considerable de campos de golf existentes en la demarcación que más aporta al producto interno bruto del país gracias a la industria hotelera.
“Los resultados obtenidos confirman la insostenibilidad del modelo turístico sol y playa como está estructurado el cual causa fuertes presiones sobre los recursos naturales costeros, como demuestran los datos de baja resiliencia de las playas de Bávaro (MITUR, 2012), donde se evidencian sistemas fuertemente degradados asociados a ocupaciones urbanas y resorts en la primera línea de la playa”, destaca el estudio.
No obstante, destaca que La Altagracia, es la provincia con el más alto número de iniciativas orientadas a la protección y/o restauración de corales, gracias a la acción efectiva de organizaciones y empresas turísticas que actualmente están implementando iniciativas que reducen el impacto del turismo sobre los sistemas naturales, empujando la adaptación a futuros cambios climáticos.
Dicho estudio, refleja que las provincias costeras con mayor capacidad habitacional, como La Altagracia, San Pedro de Macorís, el Distrito Nacional y Puerto Plata, se encuentran en situación altamente crítica, seguida por Sánchez Ramírez, Samaná, Barahona, Santo Domingo y San Cristóbal.
En el caso de La Altagracia, las fuertes presiones del actual sistema de aprovechamiento turístico y el manejo inadecuado del territorio, empiezan a ocasionar elementos de deterioro de los recursos naturales, con un alto porcentaje de acuíferos subterráneos afectados por la salinización ligada a la intrusión marina.
Esto representa un grave problema a la hora de satisfacer la gran demanda de agua del sector turístico local, tanto para alimentar las estructuras hoteleras, como para sostener la cantidad considerable de campos de golf existentes en la demarcación que más aporta al producto interno bruto del país gracias a la industria hotelera.
“Los resultados obtenidos confirman la insostenibilidad del modelo turístico sol y playa como está estructurado el cual causa fuertes presiones sobre los recursos naturales costeros, como demuestran los datos de baja resiliencia de las playas de Bávaro (MITUR, 2012), donde se evidencian sistemas fuertemente degradados asociados a ocupaciones urbanas y resorts en la primera línea de la playa”, destaca el estudio.
No obstante, destaca que La Altagracia, es la provincia con el más alto número de iniciativas orientadas a la protección y/o restauración de corales, gracias a la acción efectiva de organizaciones y empresas turísticas que actualmente están implementando iniciativas que reducen el impacto del turismo sobre los sistemas naturales, empujando la adaptación a futuros cambios climáticos.
Las playas de Barahona han quebrado el turismo en la provincia
El cambio climático en la provincia de Barahona se manifiesta por el fuerte oleaje, los cambios de las orillas de las playas, la extracción de piedras en las playas de Paraíso y Ojeda, la tala de árboles, la deforestación de los bosques, la desaparición de los ríos y la gente, los cuales no han sabido cuidar el medioambiente desde que comenzamos a denunciar las playas de esta provincia
Debido a estas razones, las playas de Barahona han sido sometidas a extracción de arenas blancas en los años 90, la extracción actual de las piedras en las ubicadas en Paraíso y Ojeda, a los pescadores de la zona, los cuales no saben proteger bien las playas y la contaminación en las ubicadas en la periferia de la ciudad de Barahona, a las cuales se les invierte más de miles de litros de aguas servidas, provocando que los manglares desaparezcan, la fauna nunca más vuelva a la zona y dañan los arrecifes
Una de las playas sometidas a algunos de estos cambios es El Quemaito, la cual ha pasado por un fuerte proceso en el que hubo piedras con limo y pocas olas, los cuales provocaron los fuertes cambios actuales, aunque ya se está recuperando y ya no hay ningún tipo de problema en dicha playa. Aún así, todavía continuamos con los problemas turísticos en las otras playas de la provincia, las cuales son muy peligrosas porque hubo una vez en que todas esas playas eran aptas para el baño por la arena blanca que había, que reducía totalmente el oleaje y lo volvía menos peligroso, pero que debido a la irresponsabilidad de las personas al recoger clandestinamente dicha arena blanca para la construcción de distintos barrios de Barahona y los pescadores del área, las playas se profundizaron y el fondo marino daba hasta a los 10 metros de profundidad, algo que provoca que los propios bañistas se ahoguen actualmente en las playas San Rafael, Los Patos y las demás playas peligrosas de aquí y que los mismos lugares se clausuren en Semana Santa por los peligros que representan.
Otra cosa que provoca este cambio climático en Barahona es la tala de árboles. Los haitianos han deforestado casi la mitad de las montañas de la Sierra de Bahoruco, lo cual ha cambiado los patrones de precipitaciones en la provincia, e hizo que todas las lluvias cayesen sobre la comunidad de Polo. Debido a esta situación, la sequía ha estado agravándose en los últimos años en las partes bajas de la provincia, las cuales no reciben lluvias de 302 mm con tormentas tropicales desde hace 2 años. Por estas razones, la agricultura corre peligro con estos cambios que se avecinan para la ciudad de Barahona, la cual podría ser afectada gravemente por estos fuertes cambios.
Ahora bien. Esto se puede solucionar si en Barahona se implementan procesos de capacitación para mejorar la planificación de usos de
suelo, se remodelan las playas de Barahona, se construyen hoteles ecológicos y se capacita para poder solucionar la deforestación de la zona, principalmente en zonas de alto riesgo, y al mismo tiempo, sean
ejecutadas pequeñas obras de infraestructura gris para mejorar los sistemas de
drenaje y estabilización de la ribera de los ríos.
se implementen procesos de capacitación para mejorar la planificación
de usos de suelo, principalmente en zonas de alto riesgo, y al mismo
tiempo, sean ejecutadas pequeñas obras de infraestructura gris para
mejorar los sistemas de drenaje y estabilización de la ribera de los
ríos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario